Para disfrutar de unas tranquilas vacaciones, pocas cosas hay mejores que visitar las islas baleares. Menorca es la isla ideal para combinar el relax y la belleza de sus playas con las visitas culturales, así que es un lugar perfecto para pasar unos días en familia. En Menorca descubrirás restos de la cultura Talayótica, originaria de Mallorca y Menorca del segundo milenio antes de Cristo. Las ruinas prehistóricas más importantes de Menorca son la Naveta Des Tudons (el edificio más antiguo de todo el continente Europeo), el poblado Torralba d’en Salord, el poblado de Trepucó y la Necrópolis de Cala Morell, entre otros.

Pero más allá de los vestigios prehistóricos, Menorca tiene muchos otros lugares de interés que vale la pena visitar. Un ejemplo de ello es el Faro de Favàritx, en la parte más antigua de Menorca, un lugar descrito como paisaje lunar. En Menorca también es posible entrar en contacto directo con la naturaleza en S’Albufera des Grau, un parque natural de más de 5.000 hectáreas, o acercarnos un poquito más a otros episodios de la historia de la isla en el Fuerte de Marlborough, construido en el siglo XVIII y utilizado para luchar por la isla entre España, Francia y Gran Bretaña.

En Menorca te deslumbrará la esencia de algunos de sus pueblos, como Binibenca, un pueblo de pescadores de casitas encaladas y calles estrechas que parecen sacadas de un cuento…

Y cómo no, podrás disfrutar de las playas y calas de Menorca, como la Cala Turqueta, la Cala Macarella o la Cala Pregonda. Calas de aguas turquesas, muchas de ellas vírgenes y paradisíacas.